En este feriado lluvioso en Pichilemu, mientras conmemoramos las Glorias del Ejército, hacemos una pequeña pausa en esta intensa campaña para reflexionar sobre el camino recorrido. Estos días han sido maravillosos, llenos de encuentros, conversaciones en diversos rincones de nuestra querida provincia Cardenal Caro. Ha sido un honor poder llegar a tantas personas y compartir con ellas nuestra propuesta, siempre con el compromiso de trabajar por ti, por mí, por Cardenal Caro.
En sectores de Navidad como Matanzas y Rapel de Navidad, se siente la conexión profunda con el mar y su gente, que vive de la pesca, el turismo y el trabajo incansable. En Paredones, en localidades como Cabeceras, Cutemu, La Ligua y San Pedro de Alcántara, la tradición agrícola y el apego a la tierra son un reflejo del carácter noble y trabajador de nuestra gente rural.
En Marchigüe, desde San Joaquín hasta Cardonal, encontramos una comunidad que ha sabido mantener sus raíces y costumbres, siempre con la esperanza de un futuro más próspero. Lo mismo en Litueche, donde el campo y el trabajo en la tierra son la columna vertebral de muchas familias. Y qué decir de Pichilemu, con su mezcla única de campo y playa, donde localidades como Ciruelos, El Boldo y Alto Ramírez son testigos del crecimiento de esta querida comuna.
Lo más valioso de esta travesía ha sido, sin duda, la gente. Su amistad, su esfuerzo y su esperanza en un futuro mejor son inspiradores. Quiero ser un fiel representante de cada una de las personas que habitan esta tierra, que hacen de nuestra provincia un lugar lleno de potencial. Defenderé a Cardenal Caro con fuerza para que reciba los recursos que realmente necesita y merece.
Amo profundamente esta tierra. Aquí crecí y me formé, y es por eso que he dedicado gran parte de mi vida a ella, también a través de mis libros, como «Provincia Cardenal Caro», «Crónicas de Pichilemu» y «Camino al Progreso», y los proyectos culturales que he liderado, como «Lugares y vestigios del ramal San Fernando-Pichilemu», en todos preservando y promoviendo nuestra historia y cultura.
Nos queda mucho por recorrer, y haremos todo lo posible por llegar a todos los rincones. Quiero agradecer de corazón a quienes me han acompañado en esta aventura: mi hermana Alicia, mi madre Carmen, mi amigo Vicente, quien ha sido fundamental en el área audiovisual, y, por supuesto, mi compañero de mil batallas, el «Marinomóvil» jajaja.
¡Sigamos adelante, por un futuro mejor para Cardenal Caro! ¡Por ti, por mí, por Cardenal Caro!