En 2014, impulsé a través de redes sociales la campaña #NoMasPuntillazos para combatir los graves problemas derivados de las fiestas descontroladas en la playa La Caletilla (más conocida como La Puntilla) de Pichilemu. Estas fiestas, conocidas como «puntillazos», atraían a un gran número de jóvenes y ofrecían instancias de diversión únicas, también tenían un lado oscuro. Lo que alguna vez fue un lugar tranquilo y familiar se había convertido en una zona peligrosa durante los veranos, afectando la seguridad y el bienestar de residentes y visitantes.
A través de la campaña, logramos visibilizar esta problemática en medios de comunicación nacionales, incluyendo un reportaje en Chilevisión. Estos eventos no solo afectaban la convivencia y tranquilidad, sino que también impulsaban un lucrativo negocio de alcohol y drogas, vendidas sin control en la playa. Además, el grave impacto medioambiental era evidente: las toneladas de basura dejadas por los asistentes perjudicaban directamente el ecosistema costero, a pesar de los esfuerzos diarios del municipio por mantenerla limpia. Cada fiesta transformaba la playa en un vertedero, amenazando nuestro entorno natural.
Nuestra carta de denuncia recibió una amplia adhesión y fue destacada en el reportaje como un llamado urgente a las autoridades para que tomaran medidas. Aunque fue publicada en varios medios locales y regionales, las autoridades locales parecían carecer de incentivos para detener estas actividades que perjudicaban a toda la comunidad.
La campaña #NoMasPuntillazos representó un esfuerzo por devolver a Pichilemu su verdadera identidad: un lugar seguro, familiar y conocido por su belleza natural. Aunque el camino hacia la solución no fue fácil, en los años posteriores se implementaron medidas que lograron restablecer la tranquilidad en las playas de Pichilemu, permitiendo que tanto locales como turistas disfruten de un entorno seguro.
🚫 ¡Por un turismo responsable y consciente de nuestro medioambiente en Pichilemu!
